Juguemos a los ensueños, a que tú eres el Sol y yo una flor en el Pacífico enredada en los corales del amanecer azul.
Orillas separadas por las horas olas recorriendo océanos con mensajes deslenguados como palomas enmudecidas y un amor extenuado de esperar a que las noches sean días sin calendario ni lunas... anhelos anclados a tu mirada de mies segada en las tempranías del deseo.
Juguemos a que soy ella, la Luna de tus noches sin estrellas.
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