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viernes, 27 de septiembre de 2013

Letras perdidas





  





Al meter la llave, notó la chapa rota. Bastó con empujar la puerta para constatar lo temido: había sido víctima de allanamiento de morada. Veía nítidamente sin necesidad de luz artificial; todo en su sitio,ningún cajón abierto,  nada que hiciera sospechar un robo. 

Sobre la mesa de trabajo, los libros de consulta apilados con marcadores como pestañas; en la pared de fondo, el portaretratos con la foto de su hijo, dos flores secas en una cajita de cristal y del gancho, colgada, la cadena de Ternura, la perrita que ya nunca regresó.  En el aire se percibía el olor de aquella picadura para pipa, tan especial, de la que conservó un sobre cuando decidió que fuese la última vez. El silencio perforaba los recuerdos entremezclados que, en cascada, caían en un precipicio negro.

Recostado en el sofá, con los ojos cerrados, repasó las posibles causas y efectos de esa extraña ‘intromisión’. De un salto se incorporó, corrió a la biblioteca en cuyo piso estaban esparcidos, con cierto orden, algunos de sus libros preferidos. Dedujo que "El amor en los tiempos del cólera" había sido abierto, recientemente, por la tibieza que aún conservaba en sus tapas. Hurgó, entrelíneas, buscando alguna pista que diera luz al suceso, pero sólo halló que en la página en que se encontraba abierto, algunas letras habían sido tachadas con su propio corrector blanco.

Quedó así:
"Luego  habló con el comisario como lo hubiera hecho con un subalterno. Le ordenó que sortearan todas las instancias para que el entierro se  hiciera esa misma tarde y con el mayor sigilo. Dijo: “Yo  hablaré después con el alcalde”.
Sabía que Jeremiah de Saint-Amour era de una austeridad primitiva, y que ganaba con su arte mucho más de lo que le hacía falta para vivir, de modo que en alguna de las gavetas de la casa debía  haber dinero de sobra para los gastos del entierro.”

Sonrió con la mirada mientras apretaba los labios. Perplejo, aún, frunció el ceño como preguntando. De repente, se le iluminó el rostro y, por el estruendo de la carcajada, confirmó la sospecha sobre la autoría de esa visita. 

Ya era de noche, cuando despertó.




"Más de la película "El amor en los tiempos del cólera"




martes, 24 de septiembre de 2013

once desbesos




Voy a desescribir
once mil trescientos 
veintidós kilómetros de deshuellas
once desbesos
diecisiete desombras
y un 'des-tino' 
sin/con-suelo.



domingo, 22 de septiembre de 2013

Anochece...¡No a la violencia. no a la guerra!



Anochece. Los ojos están tristes,
desgarrados por la humana 
miseria supurando el ambiente.
¡Arráncatelos! me digo, 
atrévete a mirar desde el fondo
de las cuencas adoloridas
con tanta soledad acumulada.
Apiádate de la tristeza
de cada flor agonizante,
llora fuego y bebe
la carne ardiente de la guerra en puertas, 
de esa en la que los nacidos 
muertos de desamor
encallan sus dientes podridos 
de inmunda codicia. 

Y los ojos lloran, solos...
lejos de la City londinense,
del Wall Street envuelta en sangre 
de inocentes niños sirios
que no pagaron, a tiempo
la hipoteca del oxígeno
y se les desahució
la vida.

Edulcorada sociedad 
del Bienestar infernal
olvidada de un dios abortado.


lunes, 16 de septiembre de 2013

Los lápices siguen escribiendo


Los lápices siguen escribiendo, sí... mientras los cobardes se empeñan en borrar a los jóvenes del futuro, en ignorarles, en mutilarles las alas y las esperanzas; les inoculan mediocridad, les convierten en público masificado para llenar las gradas del circo romano moderno con neogladiadores del golpe, la raqueta y el gol (estadios, pistas de carreras, telebasura); a la educación se le narcisiza con la impronta del logo, en el intento de desaparecerla como derecho para confundirla en la canasta de los lujos. Al joven se le arrincona, como sujeto de los derechos básicos conseguidos por sus anteriores con dolor, lucha y sangre.


Es una soterrada, novedosa maniobra de 'desaparición de los jóvenes', sin dejar más huella que la alienación, el miedo y el desinterés por la vida; es la versión neoliberal, diseño quirúrgico de los centros de poder financiero, de un futuro secuestrado en el presente, orquestado por los empeñados en el retorno del feudo, de los siervos y la muerte. 



Los lápices siguen escribiendo,
sí..
las plumas pintando alas
poesía con sangre
ecos de canción libertaria
y esperanza en pleno vuelo

¡Qué no cesen de escribir!
 
 


"La represión del régimen militar se descargó con especial virulencia sobre el Movimiento estudiantil secundario.
Centenares de adolescentes fueron secuestrados, torturados y asesinados. En la madrugada del 16 de septiembre de 1976, con los secuestros sucesivos de dirigentes secundarios de La Plata, se inició el episodio principal y la referencia inevitable para analizar ese plan represivo."

domingo, 15 de septiembre de 2013

September fifteenth




Voy encontrando palabras
que se esconden asustadas,
detrás de las puertas,
bajo el piso
entre las flores de abril
arpegios adolescentes
indígenas y mestizos
desnudos, de cabello negro
con ojos de colibrí, 


 












palabras elaboradas
con miel de óregano joven

manzanilla y luz de luna
por mariposas bordadas...

 ... a la espera de nacer
sobre unos labios sedientos
que le hospeden como a un beso,
trozos de un sonido añejo
tintineo de cascabel

a punto de ser ya dichas
hijas de tinta y papel.




Septiembre 15, 2013
C.D. 



jueves, 12 de septiembre de 2013

Búscame


Búscame en cada hierba, 
hoja, 
piedra,
estoy ahí

disuelta en el tiempo
del silencio.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Metamorfosis

 ¡Gracias, J!


A su regreso del viaje, revisó el buzón para limpiarle de telarañas; extrañada, se encontró con dos notas, sin sobre. Sobre la una: "Créeme que me haces falta...". En la segunda, sin escrito, pintados un sol sonriente y una luna tachada. Después de unos segundos, sonrió, tomó las acuarelas para pintarse las alas de mariposa y así dejar de ser, durante ese domingo, la temerosa oruga niña en que se ha convertido, desde la última vez que se quedó sin lágrimas.





sábado, 7 de septiembre de 2013

Me quedo con tus besos




Esa mañana fría, aún
de temprana primavera
con el mantel tendido
te esperaba en la puerta
de cerradura ciega.

Hoy  has propuesto la guerra
del olvido
te entrego mis aperos
sin sentido,
llévate la rosa, el poema
la ropa, el perro
la canción, las madrugadas
y el recuerdo oxidado
de un día cualquiera
sin destino.

Me quedo con tus besos
derramados en el lecho
sobre mis ingles hambrientas
de tus manos temerosas,
retengo las notas borradas
sobre la flor de la alborada
en que tus ojos
eran el mar de mi sonrisa
y me quedo, sí,
con ese pedazo de corazón
tuyo, incompleto
en el que nadie, jamás
podrá alojar su huella.






EMERGENCIA - Rafael Fernando Navarro(*)


EMERGENCIA


“Situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata” Lo dice la Real Academia. La emergencia es un período, un tiempo, una situación que nos lanza desde un estado en que todo fue de una manera a otro en el que se restaura lo que fue para que siga siendo. Está ahí el bosque. Arde y la acción inmediata, de emergencia, es detener el fuego para evitar su desguace y conseguir que con el tiempo el bosque regrese a sí mismo, vuelva a ser lo que fue.

Hundimiento de la economía, catástrofe bancaria, burbuja inmobiliaria, prima de riesgo, mercados, rescates…Coordenadas de un ayer que nace y camina, debe caminar, hacia la utopía como verdad prematura. 

¿Estamos entonces en una situación de emergencia tal y como la hemos descrito más arriba? ¿Ha ardido intencionadamente el mundo de ayer para construir uno igual o mejor o para especular con unos rescoldos que permitan la edificación abusiva de los terrenos y las ganancias calenturientas de unos pocos? Porque teníamos hasta ayer un estilo de vida nacido hace treinta y tantos años, luchado durante ellos y tejidos sudor a sudor a los largo de la sangre, del esfuerzo, del trabajo de un pueblo que empezó a mirar hacia adelante, a sentirse dueño de su historia y que hizo de la espera una esperanza fecunda. Y los trabajadores adquirieron derechos, y los enfermos pudieron sentirse vinculados a la vida mediante una sanidad universal, y los pobres llegaron a la universidad de traje y cazadora deportivas con su uniforme de albañil o mecánico porque el talento dejó de ser monopolio de billeteras, y los viejos se convirtieron en jubilados, y la mujer puso su misterio a la altura monopolística del hombre, y el homosexual supo que tenía derecho al amor. Un mundo que empezó, que dijo adiós al tiro de gracia, a los las muertes por la gracia de Dios, al chocolate de tierra, a la casa de socorro, a guardia civil caminera que lo llevó codo con codo, a las montañas nevadas, a Isabel y Fernando.

Y la llamaron crisis porque su elegante diccionario tachó el término estafa. Y encontraron el camino del desguace. Y lo celebró la banca y una derecha que aplaudió la oportunidad de volver al ayer donde el pobre tenía sólo la obligación de ser pobre, donde el rico tenía el derecho a ser rico porque incluso Dios, que siempre fue de derechas, así lo quería. Y nos hablaron de un tiempo de emergencia. Pero emergencia era otro disfraz inventado para incrustar el miedo en las conciencias, para justificar el desalojo de la sanidad, la educación, los servicios sociales, el despido libre, para hacinar en las afueras del mundo a los pobres expatriados de sus derechos adquiridos, luchados, proyectados hacia un mundo más justo, más habitable. Pero estaba el incendio. El fuego ahí, cercano a devorar los tejados. Y la responsabilidad de los políticos era salvar vidas aunque fuera pisando cadáveres. Era la crisis y había que cambiar el rumbo del viento para que nadie permaneciera por encima de sus posibilidades. Y conste que todos eran responsables. Por eso había que colocar a los más pobres en la avanzadilla para apagar el fuego que habían originado. Millones de parados, dependientes, estudiantes, jubilados que nuevamente pasaron a la categoría de viejos, enfermos que canjeaban su dolor y se convertía en mercancía, más horas de trabajo por menos salario como visionó el profeta Díaz Ferrán. Y Rossell y Fernández capitaneando la CEOE para conseguir el hambre del desempleado que pasa a la categoría de vago, consiguiendo que el miedo rebaje los salarios y que la banca tome conciencia de que la hipoteca es un derecho a la crueldad, y que hay que modular la libertad de expresión y de que los sindicatos son la perversión laboral.

Emergencia. Emergencia. Emergencia. La especulación va dando sus frutos. Nunca más habrá un estado de bienestar. La sanidad tiene que ser negocio porque el derecho a vivir se ha convertido en la obligación de morir. Y lo elementos no productivos deben ser eliminados porque la parasitosis está llamada al exterminio. Y a los viejos hay que decirle que sus ingresos serán menores por empeñarse en no marcharse a tiempo.

Emergencia. Emergencia. Emergencia. No busquéis el diccionario de sinónimos. Podéis perder un tiempo precioso para huir de vosotros mismos, del techo de humanidad que habíais conseguido. Mejor poneros a salvo teniendo en cuenta que el viraje del viento os va a convertir en las víctimas necesaria, ineludibles de ese incendio que llaman crisis, pero que es la forma última del expolio.
http://marpalabra.blogspot.com.es/


(*) Con autorización expresa del autor para republicar en este blog.