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miércoles, 1 de febrero de 2012

LA TERCERA REPÚBLICA Y EL IDIOMA DE INFANCIA....



Desde que recuerdo, la presencia de los exiliados republicanos en el entorno familiar próximo me era motivo de orgullo. A pesar de mi corta edad,  su fervor alrededor de términos como Libertad, Libertario, Socialismo, Cultura, Igualdad, Derecho, Opinión, Pensamiento, Educación y tantos otros encendían mi corazón y las ideas. Aprendí que nada atizaba más la curiosidad que el estatus de Clandestinidad de que gozaban ciertos textos, autores, libros y material periodístico cuando estos se pasaban sigilósamente bajo la mesa, entre abrigos y hasta en una olla. 




La Iglesia Católica compartía gobierno mediante un Concordato que lastró la democracia durante décadas. Se era ciudadano sólo mediante un acta de bautismo, razón por la que no pocos tuvieron que registrarse en países vecinos perdiendo derecho de nacionalidad por lugar de nacimiento (ius soli). No fue mi caso. Mis "padrinos", un valenciano y ella, catalana, que nunca asistieron a la pila bautismal pero si aparecieron en el documento como tales, soltaban toda clase de improperios cada vez que un cura español, con marcado tufo de "consagración", venía a pedir ayuda para sufragar los gastos de la capilla y la comunidad a la que pertenecía.

La vida me llevó, desde muy temprano, a un exilio diferente al de esos queridos "familiares". Los fui perdiendo de vista. Algunos regresaron a su amada España, otros, nuevamente perseguidos por dictaduras bananeras, emigraron de nuevo, y de los restantes me enteré de su liberación definitiva por las esquelas en los diarios. 

Por razones que no son hoy la materia, a los que somos de aquí y con mucho corazón allá y que
vivimos una controvertida visión y sentimiento por España, más hermana que "madre patria" nos duele y ofende profundamente lo que está sucediendo en "franco" retroceso de lo logrado sobre tanta sangre y dolor, esfuerzo y esperanza. No podemos quedarnos con los brazos cruzados viendo cómo la ignorancia y la codicia, en una nauseabunda fiesta de poder y abuso, arrasan, a su paso, con cualquier expresión de libertad y derecho sobrevivientes a la mareadora idea del Estado de Bienestar que les inoculó la corriente económica envenenada a las generaciones jóvenes. 

Vamos uniendo esfuerzos y solidarizando acciones. Hoy, la globalización debe llevarnos a ello. Desde las cunetas y tantos otros sitios clandestinos se escuchan los gritos, los mismos que siguen pendientes en el exilio sin regreso y que en este momento oscuro nos recuerdan, solidariamente, que sin libertad ni dignidad, la existencia carece de sentido.

¡¡Por la Tercera República...ya!! 




   

"La solidaridad es la ternura de los pueblos" Gioconda Belli

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