Si se apaga tu mirada
y la luz de tus ojos se ausenta
Si tu voz decide el abandono
y tus dedos huyen
de si mismos, acobardados
llevándose la ternura y los versos
todo se oscurece alrededor
muere el arcoiris
las mariposas se suicidan
de tristeza, el silencio
helado se instala en la soledad
para preñarla de nostalgia
y el cóndor empeña sus alas
mientras agoniza la torcaza.
Son sombras, largas como
el limbo y el insomnio
donde el silencio se erige
cual bandera del desierto
exorcizando el espejismo,
oasis en tus labios.
Y todo regresa a su cauce
mortecino,
helado y lloroso
querencia en carne viva
sin ti.
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