La loca
Con esmero y cuidado colocaba las ternuras en el nido, a la espera de que florecieran cada jueves... o viernes... o sábado... o lunes... o nunca, o siempre. Sus palabras, no siempre dulces, "pero casi", tenían mil formas y disfraces que convertían la fiesta en un carnaval de colores y esperanzas. Se le veía, descalza y perdida, recorrer las estrechas calles que le llevaban a su corazón, siempre a la espera, creyendo que por allí pasaría.
Y amaneció un lunes en invierno... ausente
No hay comentarios:
Publicar un comentario