Ya no voy a esperarte
en la colina de las risas
donde el eco se burlaba
de nuestras voces.
Tampoco miraré de reojo
cuando el corazón me explote
porque presienta y sienta
tu tierna cercanía.
Confundiré la aurora de besos
con noches incendiadas
de lágrimas.
Y emprenderé el camino
de regreso, al mediodía
donde no existías.
Hermosa poesìa, sensible y bella mujer.
ResponderEliminar¡¡¡Delicioso, leerte, mucho mucho!!!
GRACIAS,Amiga mìa.