De repente, todo me cayó encima
como un invierno
sin fecha, ni año
con todo, sin nada
aterida sobre las fotos del futuro
ajena al tiempo,
descalza
perdida en el vacío
de mí misma.
Y apareció la nube rosada
la del arcoiris en los labios
para darme el beso
de buenos sueños...
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