Esa intravenosa subcutánea
infradérmica incombustible
alevosa ventajosa, artera
espina espiritual, dorsal vital,
radical, energía total
que trepana y rebrota
en cada momento...
¡Qué nunca abandone
los sueños y Utopías
su asesino pálpito!
¡Qué su vértigo mate, sí!
Habrá valido, la dicha, vivir
cada eterno instante
amando, amando y amando
en la fatal caída de la
incordura y el fracaso.
¡Gracias a la vida...
y a la INTENSIDAD!
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