Soy los muchos álguienes
que colecciono en sueños
danzantes, comediantes
de una vida, sin telón,
carcomida por el tiempo.
Voy al patíbulo
de cada día
a aplaudir la ejecución
de un pedazo eterno
escrito al revés en la aurora.
Sobremuriendo
condenado a vida
entre líquenes de ausencias,
simbiótico camino
de ida y vuelta.
"Qué maldito pecado
merece la condena de tanto castigo."
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