En el camino al olvido
persisten tus huellas linguales
aferradas a lo imposible.
Huele a recuerdo.
Bajo la sábana azul
adormecidas palabras de amor
parten silenciosas, derrotadas
y tristes, llorosas
borrosas, miopes
añejadas y desfloradas
sobremurientes quejidos
del naufragio amoroso
que nació amorfo
ese abril despiadado
de olas y peñascos
preñados de ecos,
intentos, poemas,
besos locos
y lunas arrodilladas
entre colores y mariposas.
La ola se aleja.
La resignación entroniza
su huella; se rompen los huesos
la mandíbula se quiebra
y el pórtico de piedra
enamora los goznes.
Es todo, la nada, el fin.
Cae el telón.
El recuerdo olvida.
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