Sobre la oscuridad que precede al alba,
se descolgó lenta,
esbelta,
preñada de luz ámbar.
El primer rayo de primavera solar la sorprendió,
se escondió tras la nube de pudor
como su adolescencia eterna
para comulgar el dolor de ese beso en el exilio.
En cada amanecer de esta galaxia
el universo llora,
reconozco sus lágrimas
en la triste humedad
de mi corazón.
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