Envuelto en esa deliciosa pereza caribeña
amanece el hoy, lentamente, vistiéndose
de naranjas, mandarinas y algas.
amanece el hoy, lentamente, vistiéndose
de naranjas, mandarinas y algas.
De algún rincón llega la tonada mestiza
penetra el yodo marino los sueños
y recuerdos de niña, oxidados
entre el polvo de los años
penetra el yodo marino los sueños
y recuerdos de niña, oxidados
entre el polvo de los años
emergiendo frescos como racimos de flores
en los balcones de la vieja avenida.
en los balcones de la vieja avenida.
Las olas, lenguaje silencioso del mar
dan masaje de caricias a la playa
le cambian caracolas, algas y espumas
por huellas frescas humanas cargadas
de historias, para ofrecerlas, más tarde,
a algún poeta enamorado en busca
de palabras y notas.
Huele a mar, a eternidad, a silencio
y a secretos acunados
y a secretos acunados
en la piel compartida
bajo la sábana azul.
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