La paz anega el alma y el cordón umbilical de ese instante descubre, huele la pertenencia que abriga, se regocija en la llegada sin partida.
¿A dónde?... ¿de dónde?
raíces bifucardas
extraviadas en un océano,
nativo extranjero en propia tierra.
La paz anega el alma y el cordón umbilical de ese instante descubre, huele la pertenencia que abriga, se regocija en la llegada sin partida.
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