INMIGRANTES SIN DERECHO A LA SALUD PÚBLICA

(...) "Cuando vinieron a buscarme
        no había nadie más que pudiera protestar."  Martin Niemöller

A diario crece el número de seres humanos, los más vulnerables, que agonizan en sus sitios de origen por carecer de un mínimo para sobrevivir, saltan fronteras suicidas, abandonan todo huyendo de un sinfuturo genocida, y los que logran llegar a algún sitio, en carácter de indocumentados, la gran mayoría, son perseguidos por "leyes" y grupos xenófobos, ultraconservadores nacionalisatas, facistas duros. Lo documentan casos recientes en Estados Unidos y México en el contienente americano.

En el marco de los recortes que azota a la Unión Europea, el ultraconservador gobierno español ha  recientemente "legalizado" la violación de más de una garantía individual, consagrada(s) en la Carta Universal de los Derechos Humanos, al establecer una forma abiertamente discriminatoria contra los inmigrantes que se verían en la necesidad de acudir al sistema de sanidad (salud pública) cuando estos no cuenten con LA TARJETA SANITARIA ESPAÑOLA O EUROPEA en vigor. 

Bote pronto, que los seres humanos que se encuentren en territorio español, al margen de su sexo, edad, lugar de nacimiento etc. aunado a si tienen documento de residencia vigente, sobre la base de una ocupación laboral (que no estén en el paro), tendrán o no acceso al servicio de salud en los centros públicos dependiendo de esa cuestionada "legalidad migratoria" y/o la capacidad para pagar consultas onerosas.

A partir de la entrada en vigor de esta norma, muchos se encontrarán en la disyuntiva de "en dónde mejor morir", si hay más de un enfermo en casa, "a cuál sentenciar al abandono", las personas a cargo pasarán a ser verdaderas "cargas" ante un estornudo y se generará una peligrosa industria subterránea, a la sombra, de médicos, parteros, especialistas, clínicas clandestinas, compra de recetas y trasiego de medicinas sin supervisión, provenientes de otros países.

"La modificación de la universalidad del acceso a la sanidad no solo afecta a la población migrante sino al conjunto de la española.

“Los migrantes no viven en otro mundo, viven entre otros, si no se atiende a esta parte de la población en riesgo de exclusión social o se les atiende tarde, cuando sus enfermedades sean más graves, hay más riesgo de que se amplíe el contagio y acabe costando más dinero que si se hubiera tratado al primer síntoma”.  Herve Bertevas, de Médicos del Mundo.

Un sector, el de siempre, ese más listo e inmoral que comulga y se abraza con los amigotes funcionarios expertos en razzias y legisladores lobbistas, se chupa los bigotes...¡Hala! los pingües negocios alrededor de los perseguidos, atemorizados, de esos que suelen autodelatarse por su "color de piel prohibido" (Nicolás Guillén), de esos despatriados que muerden silencio y lloran muchas noches de melancolía mirando la luna que será vista, horas más tarde o desde otro ángulo, por sus amados, sus hijos, su gente...

Se percibe un silencio cómplice, un hedor a fascismo que invade los rincones; sólo un puñado de ciudadanos pareciera darse cuenta de la atrocidad que tal medida infiere; como si de nada nos sirviera la Historia. ¿Nos faltó tiempo o ganas de hacérsela conocer a nuestros menores de entonces, endilgándole a la niñera televisiva la tarea y a las transnacionales de la imbecilidad el tiempo restante?