Miércoles, corazón mercurial de la semana, aún no amanece para el jazminero presente con aroma y magia. El cielo nocturno despejado para una luna recatada que, como pudorosa novia, comienza a menguar su plenitud de verano entre muchísimos luceros y estrellas.
Y un Lucero enorme, lorquiano, me guiña para recordar que sólo se muere cuando nadie nos recuerda..
No te han matado, Poeta, tu Corazón se salpicó en el Tiempo y vives en todos.
A todos, buen día soleado. Besocafé cargado, con pizca de clavo y canela.
Y para la sed, refrescante trozo de sandía.
Desde aquí, acompañando a los valientes indignados en viaje hacia Bruselas.
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