¡Ay!
¿Y si te olvido
si de verdad te olvido
y mi despertar te opaca
si balbuceo tu nombre
y apuesto en el casino los recuerdos?
Si te olvido...
sí, si te olvido...
me habré borrado del espejo
del río caminante
del árbol palpitante
del sol itinerante
del poema, de la flor
del cajón cómplice
y de la primavera...
Así es, que
escojo recordarte
para no perdonarte.